COVID-19: Un Rival Inesperado

La pandemia global de COVID-19 demostró la fragilidad y la resiliencia de la cadena de suministro del café. No fue solo una crisis sanitaria, sino un evento de disrupción estructural que redefinió patrones de consumo y expuso la vulnerabilidad logística del comercio global.


El Gran Cambio de la Demanda: De la Oficina al Hogar

El impacto más inmediato de la pandemia se sintió en los patrones de consumo. La demanda de café es, históricamente, inelástica (la gente no deja de beber café), pero la ubicación de ese consumo cambió radicalmente:

  • Caída en HORECA: El consumo en restaurantes, hoteles y cafeterías (segmento HORECA) experimentó un colapso dramático con los confinamientos. Este sector, que tradicionalmente utiliza café de volúmenes altos y márgenes minoristas elevados, se detuvo.
  • Aumento en Retail Doméstico: Simultáneamente, hubo un fuerte repunte en la venta de café para el hogar (retail). Los consumidores compraron más café molido y en grano para preparar en casa, impulsando la demanda de café para supermercados y minoristas en línea.

El Resultado: Este cambio obligó a los tostadores a pivotar rápidamente, ajustando los tipos de tueste, empaques y canales de distribución, pasando de grandes volúmenes B2B a empaques pequeños B2C. La demanda agregada se mantuvo, pero el valor se redistribuyó en la cadena.

La Pesadilla Logística: Fletes y Contenedores

La crisis logística que siguió a la pandemia fue, quizás, el mayor desafío para el trading y la exportación. La interrupción de las cadenas de suministro globales causó un déficit severo de contenedores vacíos en los puertos de origen del café.

Esta escasez, combinada con la congestión portuaria global, generó:

  • Aumento Exponencial de Fletes: El costo de enviar un contenedor de café se disparó a niveles sin precedentes, absorbiendo una parte significativa del margen del exportador y haciendo inviable el envío de café de menor valor.
  • Retrasos Críticos: Los tiempos de tránsito se extendieron enormemente, lo que introdujo un riesgo adicional de calidad (café retenido más tiempo) y complicó la planificación de contratos y cobertura (hedging).

Para los traders, esto significó que el riesgo logístico superó al riesgo de precio de mercado en muchos casos, obligando a renegociar contratos y a asumir costos de flete inesperadamente altos.

Efectos Asimétricos en el Origen

Aunque el consumidor en el destino se adaptó a las compras en línea, los países productores enfrentaron obstáculos directos:

  • Escasez de Mano de Obra: Las restricciones de movimiento y los riesgos sanitarios dificultaron la movilización de trabajadores para las cosechas, que son intensivas en mano de obra.
  • Interrupción del Flujo de Insumos: La dificultad para importar fertilizantes y otros insumos clave afectó la planificación de cosechas futuras, sembrando la semilla de la volatilidad en años posteriores.

La Lección de la Resiliencia

La pandemia actuó como un catalizador, acelerando la necesidad de dos grandes cambios en la industria:

  1. Digitalización Acelerada: La industria se vio forzada a adoptar el comercio electrónico y las herramientas digitales para mantener la comunicación y las ventas.
  2. Diversificación del Consumo: Se reforzó la idea de que la resiliencia económica del sector pasa por el aumento del consumo doméstico y el comercio Sur-Sur, haciéndolo menos dependiente de los grandes mercados de destino.

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